He caído en la maldición del docente. Poner un pie en las vacaciones y caer enferma. Llevo dos días encerrada en casa mirando para los celajes, tosiendo como un perro y descansando. Por lo menos estoy haciendo poco, que a veces lo echo de menos. Hoy me he puesto un poco las pilas, he hecho los quehaceres de la casa y me he puesto a preparar un cuestionario de Historia sobre el Imperialismo para la vuelta de vacaciones. Te sientas frente al ordenador y a lo tonto pasan dos horas sin darte cuenta.
Teníamos algunas ideas para esta semana santa. Mi madre ya ha marchado para Madrid, y nuestra idea era estar pendiente de mi abuela y escaparnos unos días de campamento. Pero este catarro nos ha truncado los planes. Por lo menos estoy descansando, me estoy levantando un poco más tarde, y he vuelto un poco a la vida lenta que tanto me gusta. Ayer me zampé una miniserie de principio a fin: Sharp Objects, doblado a la versión castellana "Heridas abiertas". Ya tú ves que listos somos aquí doblando títulos. Bueno, lo cierto es que me pasé la tarde pensando "¿pero te vas a zampar esta serie tan lenta?". ¡Qué lenta, por favor! Y eso que me encantan las películas y series con regusto alternativo e independientes. Pero la verdad es que los últimos episodios están muy chulos y el final te deja alucinando. Así que la recomiendo. Empecé a verla porque la prota es Amy Adams y esta mujer me encanta.
Últimamente me revolotean muchas ideas sobre la cabeza. Algunas buenas y otras no tanto. No me encuentro bien y trato de buscar reposo en pequeñas cosas que me hagan sonreír. Aquello de buscar placer de forma rápida y sencilla. Me parece bastante inteligente. A veces la lista me falla porque absorta en las obligaciones diarias se me olvida parar y coger aire.
La tristeza me ha envuelto. Es hora de reconocerlo. Es como una aplicación que trabaja en segundo plano, que me permite cumplir con la vida, pero que todo se torna un poco gris. Hacía tiempo que no me sentía así. No sé si alguna vez había sentido la tristeza de una forma tan adulta. Me río, me muevo, vivo... pero he perdido el groove.
Una vez reconocida la situación, llevo un tiempo meditando en ello. Con lo pragmática que soy ya me he hecho listas mentales de cómo aliviar estos momentos. Sin embargo, el nubarrón que tengo en la cabeza no me deja ver con claridad y todo lo afronto de forma muy abstracta y me cuesta visualizar el camino.
Defensora siempre de afrontar la vida de frente, de soltar, de luchar, de cambiar... parece que me cuesta.
Seguiré buscando e imaginando cómo desenvolverme de esta manta. Ya empieza a hacer bueno. Ahora que lo pienso, quizás estos días de tranquilidad (con catarro incluido) me ayuden a aclararme y encontrar el camino, el camino a casa.
siéntate junto a mí y quédate un rato... deja que nuestros corazones hagan lo suyo
con vino y palabras recibiremos las horas... para que el día nunca se detenga
porque eso quiero... eso necesitamos


1 comentarios:
Recuerda!!! Esto también pasará!!
Publicar un comentario