Y nos despedimos de Mayo. Un mes raro. Ha habido un poco de todo. He estado hasta arriba de trabajo entre las prácticas, la memoria, el TFM... con ganas de cerrar esta etapa. Por otro lado, han ocurrido algunas cosas este mes no muy gratas, que me han confundido y me han dejado pensativa. Un tanto agridulce este mes. Sí.
Ayer terminé las prácticas. Esta última semana ha sido intensa, intentando aprovechar al máximo lo poco que me quedaba. Me dio mucha penita despedirme de mis alumnos, de los más pequeños sobre todo. Tan tiernos ellos, dándome abrazos y diciéndome cosas bonitas. La tarde de ayer me la pasé sentada enfrente del ordenador terminando mi memoria de prácticas para entregarla. Hoy era el última día de entrega, la envié ayer. Me negaba a pasarme el sábado corriendo como una loca para entregarlo.
Qué satisfacción más grande cuando uno termina las metas que se propone. Ya queda menos, he hecho el Máster, las prácticas, la Memoria, y ahora sólo me falta el TFM. Que se dice rápido pero para mí me queda lo más pesado y duro. Tengo el mes de junio para hacerlo. Pero claro, para hacer el mes más emocionante y agobiante, el lunes empiezo un curso intensivo de inglés para sacarme el B2. Todo el mes de junio, cuatro horas al día. Muy oportuno. Pero también me niego a pasarme el verano yendo a clase. Prefiero hacer el esfuerzo ahora y dejar julio y agosto para veranear un poco. Pensaba empezar con el temario de las oposiciones... pero va a ser que no. Ya me queda a partir de septiembre un curso entero por delante para no levantarme de la silla. Necesito desconectar. Urgentemente.
Mientras tanto, sólo puedo fantasear en mis ratitos libres con lo que voy a hacer durante el verano. Y se me pasan por la cabeza muchos planes: playa, camping en el monte, descansar, paseitos, helado, películas, lectura, mucho punto... no me va a dar el tiempo, lo sé.
Últimamente estoy un poco mustia, a ver si me espabilo y recupero mi brío natural.
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