Parece que llegó la primavera y volvió el frío. Me viene que ni pintado porque traigo un nuevo episodio bien abrigadito. La historia de una manta que fue tejida para abrigar en un momento difícil, y que resultó ser un símbolo de buenos deseos y esperanza. Puntada a puntada tejí una delicia de manta, para alguien muy especial. Pero esto te lo cuento el podcast, no voy a ser cansina.
Otra cosa. Fin de semana. Y estoy de Rodríguez. Mi Fran se ha ido a la isla vecina a tocar en un festival. Y aquí estoy yo tras una siesta de dos horas. Mi primo me acaba de decir, no duermas una siesta tan larga. ¿Qué dices? si lo que necesitaba yo era hundirme en esa cama y desconectar. Vaya semana. Pero mira, una siesta con la luz de la tarde entrando por la ventana es totalmente reparadora. Me he despertado como nueva.
Lo cierto es que hoy cumplimos cinco años de matrimoniado, ¡y vamos a dormir separados! que no cunda el pánico, mañana hay tiempo de celebrarlo de sobra. Algo se nos ocurrirá. Aunque poco hace falta si estamos juntos porque lo demás nos sobra.
Por otra parte, la desgana ha entrado por la ventana y ha hecho nido. Ya lo comento un poco en el podcast. Ando mustia. Señal de ello es que mis madrugones milagrosos para empezar con buen pie y con los sentidos bien despiertos han pasado a otro plano. Soy incapaz de levantarme temprano, abro un ojo cuando ya no hay forma de evadir el tiempo.
Me tomaré este fin de semana de reflexión. Necesito trazarme un plan porque no me gusta por dónde están yendo estos barros. No quiero lodos. A ver.
Por lo pronto, aquí dejo mi charla contigo. Esta vez es cortita. Ya sabes, en casa, en pijama, un ratito de charla y reflexión. Dale al play, sigue con tus quehaceres mientras te cuento secretos que calman el alma.
Abrígame con buenos deseos...
1 comentarios:
Me gustan tus estrellas y poder compartir esa
ilusió de un regalo hecho con cariño, tiempo y tus propias manos. No se compra con dinero!!
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